Era de noche, una noche muy fría, como todo el maldito invierno, me encontraba tendido en la alfombra de la sala, con un libro de Allan Poe en la mano, el cigarrillo consumiéndose en el cenicero y la botella casi vacía de vino añejo a un lado del sofá ... me encontraba solo en la cabaña de la familia, quería estar lejos del murmullo de la gente, del ruido de los autos, lejos de preguntas sin respuestas, lejos de mi mismo, sin embargo eso era casi imposible... Me sumí en la lectura tratando de olvidarme de todo; estaba en medio de la trama del Gato negro "cuando fuera de si, intenta matar al gato negro de un hachazo", justo en ese instante, escuche un maullido tan espeluznante que se me pararon los pocos pelos que tengo, me incorpore, tratando de mirar por donde vino el maullido, el maldito silencio ensordecedor por un momento me aturdió, sentí como por dentro me estremecía, pero... - ¡carajo soy un hombre bien machín!, así que continúe con la lectura, no había terminado la segunda línea cuando volví a escuchar ese aterrador maullido, me pare dispuesto a corretear a ese maldito gato que ya me había puesto paranoico, me puse mis mocasines y la chamarra, tome el bate de béisbol que uso como arma de defensa y que siempre mantengo detrás de la puerta. Abrí con todo el arrojo y valentía que me da, el ser un hombre fuerte, y mire por todos lados, el viento helado congelaba mis bolas, pero aun así no desistí y fui hasta los arbustos, la maleza había crecido y no lograba ver nada, aún así aseste unos golpes entre la maleza y proferí una serie de palabrotas, a ver si así asustaba ese engendro del demonio, dispuesto estaba a dejarlo por la paz, cuando entre la oscuridad vi una especie de ojo brillante, sentí recorrer en mi cuerpo un escalofrió tremendo que del puto miedo, empecé a aventar golpes con el bate, pero ese ojo no dejaba de mirarme, ahí quieto impávido, me acerque , pese a mi miedo, pero de repente desapareció, trate de mirar en la oscuridad, ¡era imposible! no traía ni el celular para alumbrar, me di la vuelta para regresar cuando sentí un golpe en la espalda y unos garras enterrándose en mi piel, gire violentamente y trate de quitarme de encima a ese maldito animal, sostuvimos una lucha por unos segundos que parecieron horas... hasta que logre aventarlo lejos de mi, la adrenalina que sentí tras la lucha con el gato me hizo ir detrás de el, pero al instante me paralice al verlo parado viéndome fijamente con el único ojo que tenía, , era negro, grande y tenia una mirada escalofriante, no pude moverme, el gato me miro por unos segundos se dio la vuelta y se fue.... solo estuve ese fin de semana, nunca mas volví a verlo y yo nunca mas regrese a esa cabaña.